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Entrada de blog oct. 04, 2024

¿Por qué seguimos hablando de conceptos básicos de ciberseguridad después de todos estos años?

Los conceptos básicos de ciberseguridad siguen siendo cruciales incluso después de décadas. A pesar de los avances tecnológicos, a menudo pasamos por alto prácticas sencillas como el uso de contraseñas seguras, la activación de la AMF y la alerta ante el phishing debido al ritmo acelerado de nuestras vidas. Ralentizar la aplicación de estas medidas evita costosas infracciones y mejora la seguridad general.

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Cuando se cumplen 21 años del Mes anual de concienciación sobre la ciberseguridad, resulta sorprendente que los mensajes principales no hayan cambiado mucho. Los mismos temas clave se han repetido año tras año: utilizar contraseñas seguras y un gestor de contraseñas, activar la autenticación multifactor (MFA), reconocer y denunciar el phishing y mantener el software actualizado. Se trata de medidas de seguridad básicas, pero siguen siendo tan fundamentales hoy como hace una década. Pero esto plantea una cuestión crucial: ¿por qué, después de todos estos años, seguimos teniendo que recordar a todo el mundo que siga estas prácticas de seguridad fundamentales?

Tanto en nuestra vida personal como profesional, creo que la razón está clara: todos vamos demasiado deprisa.

Vivimos en una época en la que la eficacia, la rapidez y la multitarea se valoran por encima de todo. Ya sea por las prisas por cumplir los plazos o por tratar de gestionar el flujo constante de correos electrónicos y alertas, el ritmo acelerado de la vida moderna hace que a menudo descuidemos las cosas sencillas que nos mantienen seguros. Los cuatro temas centrales del Mes de Concienciación sobre Ciberseguridad -contraseñas seguras, MFA, concienciación sobre el phishing y actualizaciones de software- son relativamente sencillos. Sin embargo, lleva tiempo ponerlos en práctica y mantenerlos, y ahí es donde tropieza mucha gente.

Una vez me dijeron que «a veces hay que reducir la velocidad para acelerar», y este consejo es cierto cuando se trata de ciberseguridad. Reducir la velocidad para dar prioridad a las medidas de seguridad básicas puede, en última instancia, ahorrar mucho tiempo y recursos que, de otro modo, se emplearían en recuperarse de infracciones o ataques evitables.

La importancia de los gestores de contraseñas y las contraseñas seguras

Piense en la gestión de contraseñas. La mayoría de nosotros tenemos cuentas en varias plataformas: redes sociales, sistemas de trabajo, servicios financieros, etc. Cada una de estas cuentas necesita una contraseña segura. Cada una de estas cuentas necesita una contraseña fuerte y única para permanecer segura, pero crear y recordar docenas de contraseñas complejas es todo un reto, por lo que muchas personas caen en la trampa de utilizar la misma contraseña en varias cuentas o eligen contraseñas débiles y fáciles de recordar.

Utilizar un gestor de contraseñas simplifica este proceso al almacenar y generar de forma segura contraseñas fuertes y únicas para cada cuenta. Aunque la configuración y transición a un gestor de contraseñas requiere un poco de esfuerzo inicial, la recompensa a largo plazo es enorme. Una sola violación de datos que implique una contraseña débil o reutilizada puede tener consecuencias de gran alcance, y un gestor de contraseñas reduce drásticamente este riesgo. Combinado con la autenticación multifactor, añade otra capa de protección, garantizando que incluso si una contraseña se ve comprometida, los atacantes seguirían necesitando ese segundo factor para obtener acceso.

Autenticación multifactor: una capa sencilla pero eficaz

Activar la autenticación multifactor (MFA) es otro paso que sólo lleva unos minutos pero que ofrece un aumento significativo de la seguridad. La MFA garantiza que, aunque te roben la contraseña, un pirata informático no pueda acceder a tu cuenta sin una forma adicional de verificación, como un código enviado a tu teléfono o una aplicación de autenticación. Sin embargo, muchas personas y organizaciones pasan por alto este sencillo paso, a menudo porque parece incómodo o innecesario. Sin embargo, en realidad, la MFA puede evitar muchos de los ataques más comunes, por lo que es una medida de seguridad que merece la pena aplicar.

Phishing: reconocer e informar

Los ataques de phishing se han vuelto cada vez más sofisticados y, con el auge de la IA, los correos electrónicos de phishing son más difíciles de detectar que nunca. Estos ataques a menudo juegan con nuestro sentido de la urgencia: un correo electrónico que parece provenir de una fuente de confianza instando a una acción inmediata, una factura falsa o una advertencia sobre un plazo incumplido. La clave para protegerse de la suplantación de identidad es frenarse y pensar críticamente sobre los correos electrónicos que recibe. Pregúntese: ¿quién lo envía y por qué? ¿Es razonable que esta persona le pida esta información? Dedicar sólo unos segundos más a escudriñar el mensaje puede ahorrarle un costoso error.

Actualizar el software: una tarea sencilla pero olvidada

Por último, mantener actualizado el software es uno de los aspectos más sencillos pero más olvidados de la ciberseguridad. Las actualizaciones suelen incluir parches para vulnerabilidades conocidas, por lo que no instalarlas deja su sistema expuesto a la explotación. Automatizar las actualizaciones de software siempre que sea posible es una excelente forma de garantizar que sus sistemas permanezcan seguros sin necesidad de una atención constante. Sin embargo, el instinto de retrasar las actualizaciones, especialmente cuando estamos ocupados, es demasiado común. Es una de esas tareas que parecen una molestia en el momento pero que son absolutamente críticas a largo plazo.

Ralentizar para acelerar

La ironía de la ciberseguridad es que cuanto más rápido intentamos movernos, más vulnerables podemos llegar a ser. Si nos tomamos el tiempo necesario para aplicar estas medidas de seguridad básicas -utilizar un gestor de contraseñas, activar la AMF, reconocer los intentos de suplantación de identidad y mantener el software actualizado-, en última instancia iremos más rápido. Pasaremos menos tiempo lidiando con las consecuencias de brechas, cuentas comprometidas y ataques de malware que podrían haberse evitado fácilmente.

En un mundo digital cada vez más vertiginoso, a veces realmente necesitamos reducir la velocidad para acelerar. Y cuando se trata de ciberseguridad, es un consejo que todos debemos seguir.

Dena Bauckman dirige las funciones de gestión y marketing de productos de Sectigo. Como consumada estratega de desarrollo de productos, está especializada en crear soluciones innovadoras y capacitar a los equipos para resolver retos prácticos de ingeniería.